El lado oscuro de la ‘mano dura’: Policías de El Salvador confiesan arrestos arbitrarios bajo órdenes de Bukele

La otra cara de la mano dura: policías revelan los abusos detrás de la guerra contra pandillas en El Salvador

Durante años, las familias salvadoreñas denunciaron que las masivas detenciones del régimen de excepción se basaban en rumores, tatuajes inocentes o simples sospechas. Hoy, quienes estuvieron al frente de estos operativos —los propios agentes policiales— confirman lo que muchos consideraban una exageración.

En testimonios recogidos por The New York Times y un reciente informe de Human Rights Watch, una docena de oficiales describieron cómo la presión por cumplir cuotas de arrestos —impuestas tras el estado de excepción de 2022— derivó en detenciones arbitrarias que inflaron las estadísticas de seguridad del gobierno de Nayib Bukele.

Del éxito al exceso

El plan de Bukele logró lo impensable: transformar al país con una de las tasas de homicidio más altas del mundo en uno de los más seguros de Latinoamérica. Pero según los agentes, este éxito tuvo un lado oscuro:

  • Base de datos agotada: Tras arrestar a pandilleros identificados, las órdenes fueron continuar con detenciones basadas en:

    • Llamadas anónimas sin verificar

    • Señalamientos de vecinos

    • Cualquier tatuaje sospechoso (aunque fuera religioso)

  • Cinco arrestos diarios por patrulla: Una meta que, según un oficial, llevó a la consigna no escrita de “arrestar primero, investigar después”.

El colapso tras las rejas

Las cifras oficiales muestran el impacto:

  • El sistema penitenciario pasó de 30,000 a 110,000 reos en dos años.

  • La mayoría de los detenidos en 2022 siguen sin juicio, luego que la Asamblea Legislativa (controlada por Bukele) eliminara los plazos para procesarlos.

  • “Perdieron sus trabajos, sus familias… hasta su identidad”, confesó un agente sobre los inocentes arrestados.

Abuso de poder y miedo institucional

Algunos oficiales aprovecharon el estado de excepción para:

  • Extorsionar: Pedían desde $200 hasta favores sexuales para omitir arrestos.

  • Detener arbitrariamente: Como un vendedor ambulante esposado por “bloquear brevemente” un vehículo policial.

Marvin Reyes, líder de una asociación policial, admitió que aunque estos casos hoy son menos frecuentes, el daño es irreversible:

  • Agentes que se negaron a cumplir órdenes fueron acusados de “proteger pandillas” y trasladados a puestos peligrosos.

  • Presos inocentes murieron en cárceles sobrepobladas, según testimonios.

  • “Convirtieron a la policía en herramienta política”, denunció Reyes.

El dilema de los policías

Los agentes entrevistados —todos bajo anonimato por miedo a represalias— viven una paradoja:
✔ Apoyan la reducción de violencia (los homicidios bajaron de 106 a 2 por cada 100,000 habitantes).
❌ Pero reconocen que el método fue deshumanizante:

  • “No estaba mal diseñado el plan, sino su ejecución”, reflexionó uno.

  • Otro confesó permanecer en su puesto solo por supervivencia: “Si renuncio, me acusarían de algo”.

Fuente: NYTimes